Por Nico Maffey

Si alguna vez te has sentido frustrado al trabajar con estructuras de gobierno lentas y sobrecargadas, ¡no desesperes! Este blog, junto con nuestra lista de pasos de una página, te presentará cinco sencillos pasos que puedes seguir para revolucionar la gobernanza y catalizar la innovación en el sector público, no importa en qué lugar estés. 

¿Por qué una empresa privada puede diseñar, construir y lanzar un nuevo producto en cuestión de meses, pero a la mayoría de los gobiernos les toma años implementar cambios en la regulación? No importa cuán tecnológicamente avanzado sea tu área de gobierno, experimentar frustración con su ineficiencia burocrática es un sentimiento común a los ciudadanos de todo el mundo.

Vivimos en una época en la que nuestra vida diaria está marcada por diversas innovaciones y disrupciones tecnológicas. Incluso antes de la pandemia, los reguladores de todo el mundo se vieron presionados para mantenerse al día con las oportunidades y los riesgos de los nuevos inventos, desde la telemedicina hasta la tecnología financiera. Sin embargo, algunos países se han mantenido más ágiles en adoptar esa innovación que otros. Un enfoque ágil de la regulación busca responder de manera flexible y facilitar, en lugar de obstaculizar, la innovación y la disrupción. Aquí te presentamos cinco pasos que puedes implementar de inmediato para ayudar a transformar tu propia organización desde adentro:

1. Impulsar un cambio cultural

Los funcionarios de gobierno son actores importantes en el desarrollo y la aplicación de políticas públicas y, por lo tanto, actuan como los guardianes de las llaves de la innovación. Adoptar y promover un enfoque flexible y ágil requiere un cambio fundamental de mentalidad. Eliminar el status quo o los procesos impulsados ​​por la inercia solo es posible si los reguladores buscan activamente métodos ágiles de transformación al desarrollar nuevas regulaciones, así como mejorar los procesos y servicios de gobierno.

2. Centrarse en los resultados en lugar de los procesos

¿Cuántas veces hemos escuchado, “es un proceso largo para que esto se apruebe” o “va a llevar una eternidad hacer X”? A menudo, la burocracia gubernamental está diseñada para asegurar la coordinación entre varias agencias. Pero esos pasos burocráticos que deben seguir las regulaciones pueden volverse irrelevantes u obsoletos a medida que surgen métodos y prácticas más eficientes. Piensen en cuántos gobiernos todavía requieren firmas físicas con los costos resultantes en demoras innecesarias y papeleo excesivo que las firmas digitales podrían ayudar a evitar. A menudo, el resultado deseado para el gobierno es claro, por ejemplo: “Queremos promover la inversión en el sector de las telecomunicaciones para reducir los costos de telefonía celular para los consumidores”. Sin embargo, el objetivo se ve obstaculizado por los pasos oscuros y engorrosos que subyacen al proceso, que en última instancia sofocan la innovación. Los reguladores ágiles están interesados ​​en diseñar regímenes regulatorios centrados en los resultados que alienten a las empresas a innovar.

3. Adoptar una política de pruebas y pilotos

En el mundo de la tecnología, las pruebas beta se refieren a una oportunidad para que los usuarios reales prueben un producto en un entorno de producción controlado a fin de descubrir errores o problemas antes de un lanzamiento al publico general. Sin embargo, este enfoque es ajeno a los gobiernos, que muchas veces buscan crear políticas públicas perfectas, inmutables y duraderas desde el primer intento. Como es de esperar, este enfoque a menudo no tiene éxito, ya que la tecnología a menudo supera los intentos burocráticos de restringirla.

Los reguladores ágiles buscan oportunidades para lanzar, probar y revisar continuamente la elaboración de reglas. Un buen modelo de este enfoque es el “entorno de pruebas regulatorio o regulatory sandbox” de la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido, en el que los reguladores permiten que las empresas prueben productos y procesos novedosos durante un período determinado sin someterlos a requisitos reglamentarios confiscatorios. 

4. Trabaja con los expertos, no contra ellos

A menudo ocurre que a medida que continúan desarrollándose nuevas tecnologías, los gobiernos siguen quedando más rezagados en términos de experiencia tecnológica. Los reguladores ágiles buscan trabajar con el sector privado para comprender las implicaciones, preocupaciones y riesgos de las regulaciones en áreas de rápida innovación tecnológica.

Un ejemplo de este enfoque es el Centro de Vehículos Conectados y Autónomos del Reino Unido, que ha desarrollado un código de prácticas para ayudar a dirigir las pruebas de vehículos autónomos sin la necesidad de una legislación en constante cambio, ya que la tecnología evoluciona al trabajar en conjunto con la British Standards Institution sobre normas para vehículos autónomos.

5. No te olvides de los ciudadanos

Recordar que la regulación está destinada en última instancia a beneficiar a los ciudadanos de un país es crucial para desarrollar una política regulatoria adaptable y oportuna. A veces, los funcionarios del gobierno pueden centrarse demasiado en empresas y tecnologías específicas, en lugar del impacto que pueden tener en los ciudadanos si se aprueban y desarrollan.

Los reguladores ágiles no solo deben recordar la importancia de las necesidades de la sociedad, sino también buscar activamente mejorar la participación ciudadana en el diseño e implementación de reglas para nuevas tecnologías.

Una versión de este blog es publicó primero en inglés en bettergovs.org

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