Por Sandra Naranjo Bautista
Recientemente, Dan Levy, profesor en Harvard Kennedy School, lanzó su libro Enseñar de manera efectiva con Zoom. Lo primero que vino a mi mente fue recordar lo bien que enseñaba (y lo sigue haciendo). Lo que probablemente no me caí en cuenta en su momento, es que las lecciones más valiosas no eran sobre Métodos Cuantitativos, la clase que enseñaba, sino de la forma en que lo hacía. Su metodología para enseñar debería ser el enfoque de todos, en nuestro trabajo y en nuestra vida. Quiero compartir tres lecciones de la clase de Dan y cómo han influido en mi para la implementación de políticas públicas.
1. Apasiónate por lo que haces, es contagioso
Como estudiante, yo valoraba a los profesores que no sólo se sentían pasión por su tema, sino también por compartir sus conocimientos. Dan personifica esta pasión y compromiso con sus estudiantes. Su libro es un claro reflejo de eso. Su caricatura favorita, como dice Dan, lo resume bien (ver más abajo). Cuando fui su asistente de curso tuve la oportunidad de ver como planificaba sus clases meticulosamente, enseñaba con pasión y atención, y luego reflexionaba sobre lo que salió bien y cómo mejorarlas aún más. Recuerdo que pensé que no importaba lo que haga al terminar mi maestría, quería que siempre me apasione lo que hago, hacerlo de la mejor manera posible y esforzarme por hacerlo cada día mejor.
Cuando fui Ministra en mi país, siempre tenía las lecciones de Dan presentes. Tuve la oportunidad de viajar alrededor de Ecuador, hablar con la gente, y ver el poder que tenían los servidores públicos comprometidos para transformar vidas. Esos eran los héroes cotidianos. Aquellos que no siempre estaban en las noticias. No sólo ‘hacían su trabajo’, sino que hacían hasta lo imposible por enseñar a sus estudiantes, cuidar de sus pacientes, o para asegurarse de que las casas fueron construidas a tiempo para las familias que vivían en un refugio después de un terremoto. Como profesionales en desarrollo, servidores públicos o formuladores de políticas, lo más transformador que podemos hacer es tener pasión por lo que hacemos. Ser conscientes de la responsabilidad que tenemos con los ciudadanos que necesitan un gobierno competente; y prepararnos, de la mejor manera posible, para hacer lo correcto en beneficio de todos.
2. Planifica, aprende y adapta
Como estudiante, no estaba consciente de todo el esfuerzo para preparar una clase, el ‘ detrás de escenas ‘. Como Asistente de Curso, Dan me dio la segunda lección que llevo conmigo hasta ahora. Me sorprendió el cuidado con el planificaba cada clase, y eso que no vi todo el proceso. Antes de cada clase se tomaba el tiempo para repasar la lección de ese día: el objetivo de la clase, los conceptos clave, tiempo estimado por sección en las hojas de trabajo y materiales de clase. Lo que me llamaba la atención era que, como parte de su preparación, revisaba sus notas de la misma clase de años anteriores para recordad las cosas que salieron bien y las que requerían más atención. Después de cada clase Dan tenía su propio ‘ tiempo de reflexión ‘ sobre la clase que acaba de dictar. Comparaba lo que sucedió con el plan, tomaba notas de las cosas que funcionaron y las que tenía que cambiar. Dan no solo es un gran maestro, sino un aprendiz permanente. Me enseñó que a veces las cosas necesitan tiempo para llegar al nivel de calidad que queremos, pero vale la pena la jornada.
Implementar políticas públicas no es lo mismo que estar en una clase. No siempre hay tiempo para planificar con el mismo nivel de detalle. Sin embargo, en mi experiencia el tiempo de reflexión al final de cada clase, en mi caso de un proyecto, es un ejercicio muy poderoso. Parar, incluso por períodos cortos de tiempo, para volver a pensar en el objetivo, revisar el plan, evaluar su implementación y aprender del proceso es muy valioso. Con frecuencia, como ministra y ahora como consultora, me encuentro haciendo eso. Dedico un tiempo para reflexionar sobre las cosas que salieron bien, las que necesitan mejorar y entender por qué tuve resultados particulares. Este proceso me ha ayudado a ser más consciente de los cambios que necesito implementar y a analizar oportunidades para mejorar. Para proyectos grandes lo hago de forma más sistemática y tomo notas del proceso. En ocasiones lo he hecho con mi equipo, como un ejercicio de grupo.
3. Escucha a una audiencia más amplia
Uno de los puntos fuertes de Dan en su enseñanza es su capacidad de escuchar a muchas personas, absorber diferentes ideas, y luego aglutinar eso en los puntos básicos que pensó eran más útiles. Constantemente pide retroalimentación de sus alumnos tanto formalmente, con encuestas o ejercicios en clase, y de manera informal, durante charlas rápidas después de clase o en horario de oficina. También les preguntaba a sus asistentes de clase, a su profesor asociado y a su asistente de tecnología y aprendizaje. Hablaba con otros profesores, nuestra Coordinadora de la maestría, entre otros. En todas sus interacciones buscaba maneras de ser más eficaz en su enseñanza.
La política pública, por su propia naturaleza, requiere la participación de diferentes actores en diferentes momentos. A veces, ciertas interacciones son más transaccionales o para cumplir con un requisito obligatorio. En ese sentido, Academia y Política son completamente diferentes. Sin embargo, una de mis conclusiones de Dan fue su voluntad de aprender de los demás. No solo lo encontré gratificante, sino también extremadamente útil.
Cada vez que comencé en un ministerio, me tomé el tiempo para reunirme con todos los equipos y miembros del equipo, no solo con el nivel gerencial. Me dio la oportunidad de conocerlos, pero también de abrir un canal de comunicación para aprender de ellos. Recuerdo claramente un día en que me reuní con mi equipo de Inversión Pública. Tenían tantas recomendaciones prácticas, con un gran potencial para mejorar la metodología de evaluación de proyectos. Cuando les pregunté por qué no habían dicho nada antes, dijeron que nadie les había preguntado qué pensaban. Me sorprendió mucho. Creo que formar un equipo de trabajo es una de las decisiones más importantes que uno toma. Si un entorno de trabajo permite la contribución de todos los miembros del equipo puede ser transformador. Crear esos espacios de interacción con las partes interesadas relevantes, dentro y fuera de nuestras organizaciones, también es clave para un diseño e implementación de políticas más efectivos.
Los profesionales del desarrollo, los funcionarios públicos y los responsables de la formulación de políticas no son necesariamente profesores, pero todos deberíamos ser aprendices activos. En nuestro entorno, de las personas que nos rodean y, lo que es más importante, de nuestro propio trabajo. La pasión por lo que hacemos y el potencial para transformar vidas debe ser nuestra motivación. El aprendizaje continuo puede ser una herramienta para lograr ese propósito.